Tigrillo
Más allá de la emblemática
arquitectura patrimonial, de los espléndidos paisajes y de la riqueza aurífera,
Zaruma también es reconocida por su cocina, uno de los platos preferidos: el
tigrillo.
Pero este plato no tiene
nada que ver con el felino pequeño que anda suelto en la zona montañosa; es un
plato de la comida tradicional zarumeña. Los principales ingredientes son el plátano
criollo, huevos y queso.
¿Pero, de dónde proviene ese
nombre?. La respuesta, ajustada y graciosa, la tiene Alexandra León, del
restaurante Romería. Su abuelo (fallecido) le contó que antes asaban el plátano
en brazas. En ese proceso de contacto directo con la candela, la textura del
producto quedaba más tostada y quemada por partes. Luego, lo chancaban a fuerza
de pulso con una piedra, sobre una batea
de madera. La masa era revuelta con huevos fritos y queso. Al final se dejaban
ver esas manchas negras de lo quemado que se imponían a las café normal,
similar al color de un felino.
De allí su nombre, argumentó
León, quien oferta este delicioso plato a cualquier hora del día. Su
restaurante es una casa antigua, acogedora y patrimonial, ubicada en el corazón
de la ciudad. Según el escritor y empresario turístico zarumeño, Tito Castillo,
al tigrillo le conocían como la comida del minero, por la digestión lenta.
Los obreros ingresaban a las
minas a las 07:00, sirviéndose el tigrillo y les sostenía el estómago -sin
tener hambre- hasta salir de la
extenuante jornada de trabajo (15:00). Ese hábito alimenticio se mantiene. Por
eso, Castillo cree que este plato fue introducido por los españoles que
llegaron a explotar las minas de oro y que se quedó dentro de las familias.
Con el tiempo, la técnica de
preparación evolucionó y su color, también. María Eloísa Rogel, de 53 años,
contó que con la introducción de la cocina, ahora el plátano es cortado en
trozos gruesos y lo fríen en aceite. Cuando está cocido lo retiran del aceite y
lo meten en un procesador que lo muele.
Aparte, en un sartén fríen los huevos y le agregan la masa, sal y el queso
desmenuzado.
Al ser revuelto, la masa ya
no deja ver con intensidad la combinación perfecta de los colores gris y café
grisáceo. Rogel lleva 32 años ofreciendo este plato a sus clientes, el mismo
tiempo que tiene su restaurante, el más tradicional de Zaruma. Rogel contó que
desde niña lo comía porque sus abuelos y padres lo preparaban, casi a diario,
en el desayuno.
Dentro de las familias hay
algunos secretos al momento de la preparación. Por ejemplo, el uso de queso
fresco o maduro para conseguir que se desintegre bien o se haga como liga. Los
huevos bien fritos o con la yema a medio cocinar… Eso le dará sabores únicos
que gustarán hasta los paladares más exigentes.
El tigrillo es el plato
preferido por todos los zarumeños y de quienes visitan esta urbe de calles
inclinadas y retorcidas, edificaciones coloniales de madera pintada y rincones
pintorescos. Un domingo de marzo, Graciela Corrales, llegó desde su natal
Machala para admirar la belleza de esta ciudad y servirse el tigrillo. “Es una
tierra bendita e infinitamente hermosa. Con mi familia venimos una vez al mes”.
Otro cambio importante es la
combinación perfecta a la hora de servirlo. En todos los restaurantes lo
ofrecen solo o acompañado de carnes al jugo o frita y una exquisita tasa de
café zarumeño caliente. Éste producto de calidad, de suave textura, y aroma y
sabor exquisito, se cultiva en la zona.
El tigrillo está relacionado
con la identidad de Zaruma. Cada turista
o visitante que llega a esta hermosa ciudad no se va sin servirse este
exquisito plato. En fin, el turismo gastronómico representa toda una aventura.
Bibliografia:
http://www.vistalsurtravel.com/articulos/detalles/El+Tigrillo+con+sabor+a+identidad
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